En una época en la que la automoción norteamericana renovaba el diseño de sus vehículos cada año (aunque con menos creatividad que en la década anterior), el Cadillac para 1967 se presenta con un nuevo frontal inclinado y otro diseño en las aletas posteriores, además de otras modificaciones.
El de la fotografía es un modelo Deville Convertible que luce tan impecable, entre otras cosas, gracias a la mano de ROAR GARAGE – Estética del automóvil, donde su dueño lo ha llevado para que luzca como debe.